Hace unos días, llegaba a casa y según entraba por la puerta……..SORPRESA!!
Lo que menos te apetece encontrar en ese momento.
Mi hija y mi hijo con un enfado descomunal la una con el otro y viceversa. Y eso que la cosa ya estaba medio calmada. Y menos mal, porque se debió liar una buena. (imagina que ya rondan los 10 y 8 años).
Es miooooooo!!!
Nooooo, lo tenia yo antes!!!
Eres tontoooooooo
¡¡Que me dejes!!!!
¡¡Has empezado tu!!!
¡¡Que me lo des te he dichoooooo!!!
Esto ya en modo "bajando revoluciones" que además que por escrito no se percibe tanto la intensidad del momento, pero vamos…… imagina lo anterior.
Lo mismo hasta te suena y te pones en situación porque lo has vivido alguna vez.
¿Y por qué te cuento esto?
Pues porque a veces pensáis que en mi casa todo es de color de rosa, que aquí la vida es happy flower, vivimos con la calma y la paz mundial las 24 horas y hay cero conflictos, cero enfados y cero discusiones.
Pero nooooooo, ¡¡nada más lejos de la realidad!!.
Hay conflictos, enfados, momentos en los que te quieres ir por la puerta y momentos en los que yo también me enfado. Por supuesto
¿Y sabes una cosa? Que obviamente no son los momentos más agradables, ni los más fáciles de llevar, eso está clarísimo. Pero las emociones surgen cuando tienes que surgir y están ahí para ser sentidas, sean emociones placenteras o displacenteras (lo de buenas o malas no me gusta).
Y ni que decir de los conflictos. Algo natural que está presente en todas las relaciones y como naturales que son, también surgen.
Lo importante de todo esto, es como se lleve a cabo la situación y como logremos gestionarla y sobre todo, el aprendizaje que nos llevemos de cada momento, principalmente mi hija y mi hijo para que vayan adquiriendo patrones que les ayuden a resolver las situaciones de una manera asertiva y positiva.
Y sobre todo que sepan, que tener conflictos no es malo siempre que la situación se gestione de manera adecuada y, se resuelva o no, haya comprensión e incluso podamos ver dónde está la base del problema.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ Pueden ser incómodos, mucho. E incluso agotadores cuando surgen entre hermanos/as. Pero podemos verlo como una gran oportunidad para acercarnos y comprender más a la otra persona ⠀⠀⠀⠀
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En nuestras manos está aportarles herramientas para aprender a resolver problemas de forma pacífica a través de una comunicación empática y sobre todo, darles también herramientas para la prevención de abusos entre iguales, porque de como aprendan a resolverlo en casa, lo van a hacer después.
Pero para ello, antes hemos tenido que acompañar a nuestros hijos en ese proceso muchas, muchas veces.
Acompañar, escuchar a todas las partes sin juzgar, dar oportunidad de explicarse, reflejar lo que están percibiendo y sintiendo y dar herramientas para mostrarles como gestionarlos de manera positiva.
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Cada conflicto bien resuelto, es una oportunidad de aprendizaje para nuestros/ hijos/as.
Y aunque como personas adultas muchas veces carecemos de herramientas para resolver los nuestros propios, la buena noticia es que podemos aprender.
Y tu, ¿Cómo llevas este tema de los conflictos?
Me encantará leerte o lo mismo te apetece trabajar en ello más en profundidad en el taller on line "Conflictos sanos entre herman@s"
Con esto me despido, deseándote un bonito día
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